Ejercicio político de las lideresas afrodescendientes en el marco de la paz en el Caribe colombiano

Abstract

Actualmente hay un imaginario social problemático que considera o sitúa a la mujer en posiciones subalternas al sexo masculino, posiblemente arraigadas de las costumbres patriarcales que nos han “guiado” en la historia y que han sido de desarraigar pese a la necesidad emergente de romper con estereotipos y patrones de machismo que refuerza la inequidad entre sexos y complican mucho más la situación de la mujer negra, pues, socialmente ser mujer o ser negra representan en muchos casos una condición de vulnerabilidad. A partir de lo anterior, podemos decir que en general existen muchas limitaciones en las mujeres afrodescendientes, con más precisión en aquellas que pretenden tomar el liderazgo en el ámbito político (como símbolo de liberación perpetuación y protección de sus derechos), comenzado con el fuerte racismo existente en las instituciones del gobierno,porque, aunque parezca insólito, aún puede verse que personas denigran de una manera lamentable a los afrodescendientes, más precisamente a mujeres quienes hoy día en señal de resiliencia han decidió alzar su voz y reivindicar su papel. Por otra parte, la historia nos muestra que la población afrodescendiente, ha sufrido de violencia física además de la psicológica, abuso sexual, entre otros sumándose a esta triste realidad, la situación actual de asesinato de lideresas que fue y desafortunadamente sigue siendo “afros” sientan temor a la hora de comunicar sus ideales políticos y tomar poder en dichos cargos, de este modo se evidencia además, que no existe excepción de la existencia de discriminación por parte de miembros de las instituciones del gobierno, quienes posiblemente, tampoco toman en cuenta las opiniones, sugerencias y demás aportes de las mujeres afros en el ejercicio político y el proceso de paz. Lo anterior, lleva a pensar que existe inconsistencia ante el hecho de anhelar la “PAZ” mediante los procesos políticos en los cuales se establece posiblemente una dinámica discriminatoria, que excluye o da poca participación a mujeres líderes pertenecientes a comunidades “afro” (Raíces negras-Africanas), o que en los remotos casos en los que se les permite participar de esos procesos, la seguridad y protección social integral cuenta con poca garantía, pues como ya lo hemos dicho, en los procesos e incluso intentos de posicionamiento político de lideresas afro en el marco de la paz, se ven vulnerados sus derechos e incluso ese derecho más inherente al ser humano en razón a su dignidad humana como es el derecho a la vida. Entonces, la inconsistencia radica en hablar de “paz”, sin equidad de oportunidades para mujeres pertenecientes a grupos étnicos, sin respeto a la vida y a las diferencias, con presencia de amenazas e intimidaciones, lágrimas, dolor y demás actos y emociones que tienen mayor relación con la violencia que con la anhelada y necesaria paz que necesita nuestro país.