Procesos moleculares, físicos y químicos implicados en el desarrollo sexual y reproductivo

Abstract

La salud sexual y reproductiva aborda problemáticas que afectan a los seres humanos en las diferentes etapas de su ciclo vital. Definida por la OMS como un estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad y no de mera ausencia de enfermedades o dolencias, en todos los aspectos relacionados con el sistema reproductivo y sus funciones y procesos. Se ha documentado la enorme carga que representa a nivel mundial dada su elevada morbilidad y mortalidad. En lo que respecta a Colombia, las políticas públicas han establecido un conjunto de acciones para promover las condiciones desde un enfoque de derechos humanos, de género y diferencial el ejercicio de la sexualidad. No obstante, existe una serie de padecimientos y condiciones que afectan la salud sexual y reproductiva como la infección por VIH y otras infecciones de transmisión sexual, los riesgos asociados al aborto, la violencia de género, disfunciones sexuales entre otros. Todas las intervenciones que se contemplen para abordar las problemáticas relacionadas con la salud sexual y reproductiva deben involucrar además del individuo, la familia, la sociedad, el entorno cultural, geopolítico y jurídico. Entre las diferentes problemáticas que se relacionan con la salud sexual y reproductiva se menciona: los embarazos no planificados siguen siendo un importante problema de salud pública, sobre todo en la población joven y adolescente, aunque también en población pobre por falta de información y gracias a su condición de vulnerabilidad. Si bien desde 1990 se ha registrado un descenso considerable, aunque irregular, en las tasas de natalidad entre las adolescentes, un 11% aproximadamente de todos los nacimientos en el mundo se producen todavía entre muchachas de 15 a 19 años (1). Las infecciones de transmisión sexual involucra agentes etiológicos bacterianos, virales, tal es el caso del VIH, el cual se ha convertido y continúa siendo uno de los mayores problemas de salud a nivel mundial, actualmente en el mundo se han registrado un total de 65.3 millones de personas infectadas con VIH de las cuales 25 millones han fallecido a causa de este; según datos arrojados por la OMS del total de personas que se han registrado con VIH, 40.3 millones corresponden al total de adolescentes en edades de 15 a 19 años que padecen esta enfermedad, del cual 25 millones equivale a las mujeres y el 15,3 faltante a los hombres (2). Asimismo, se incluyen las infecciones del aparato reproductor como la candidiasis que pueden estar relacionadas con la actividad sexual, aunque no se transmitan por esa vía, se estima que la candidiasis vulvovaginal puede afectar al 75% de las mujeres alguna vez en la vida. En alrededor del 5% de los casos se produce recurrencia, presentándose 4 o más veces por año, lo que afecta sensiblemente la calidad de vida de la mujer (3). Por otra parte, la esterilidad definida como la incapacidad de no lograr un embarazo después de 12 meses o más de relaciones sexuales sin protección constituye otro factor de gran importancia en materia de salud reproductiva por sus consecuencias y efectos. La incidencia de la infertilidad se encuentra en aumento a nivel mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que los casos de infertilidad en todo el mundo han aumentado hasta un 9%. Otros declaran que la infertilidad está afectando al 15% de la población mundial actual, lo cual equivale al 48.5 millones de parejas (4) en este sentido disruptores endocrinos a los que los humanos están expuestos se han asociado con efectos sobre la reproducción humana (5). La detección de riesgos y la prevención y el tratamiento de las afecciones preexistentes o relacionadas con el embarazo son un aspecto muy importante para dirigir intervenciones y ese contexto se menciona los teratomas craneales son uno de los tipos de cánceres con más incidencia que podemos encontrar en los fetos o embriones, presentándose con un intervalo de 13,3% y presentan una alta frecuencia de muerte posnatal, con una tasa de supervivencia general estimado en 7,8%, se pueden diagnosticar por medio de ecografía obstétrica, revelando como signos más frecuentes la macrocefalia, hidrocefalia, ventriculomegalia, polihidramnios y masa intracraneal (6).