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Title: Aborto incompleto y su manejo médico en Colombia.
Other Titles: Pat colectivo VIII semestre 2020-02
Authors: Bello Navarro, Ana María
Torres Madrid, Carlos
Ramírez, Jorge
Flórez, Raymundo
Salcedo, Francisco
Buelvas, Janire
Acevedo, José
Cantillo Perez, Luz Amelia
Quintero, Ismael
Torres, Wilson
Keywords: Ginecología
Salud ocupacional
Medicina legal
Issue Date: 19-Dec-2020
Publisher: Corporación Universitaria Rafael Núñez
Series/Report no.: Pat colectivo;FT-IV-015
Abstract: El aborto es un tema delicado y polémico con dimensiones religiosas, morales, culturales y políticas, es también un problema de salud pública en muchas partes del mundo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en todo el mundo 210 millones de mujeres se embarazada cada año y que alrededor de dos tercios de ellos, o aproximadamente 130 millones, dan a luz bebés vivos; el tercio restante de los embarazos termina en aborto espontáneo, mortinato o aborto inducido. Se estimaron 42 millones de abortos inducidos cada año, casi 20 millones se realizan en condiciones inseguras y / o por proveedores no calificados, resultando en las muertes de aproximadamente 47.000 niñas y mujeres lo que representa aproximadamente el 13% de todas las muertes relacionadas con el embarazo. casi todos los abortos inseguros tienen lugar en países en vía de desarrollo, y es aquí en donde el 98% de los casos se relacionan con las muertes que ocurren. En 2015-19, hubo 121.0 millones de embarazos no deseados anualmente lo que corresponde a una tasa global de 64 embarazos no deseados por 1000 mujeres de edad entre 15 a 49 años. El 61% de los embarazos no deseados terminaron en aborto (un total de 73.3 millones al año, lo que corresponde a una tasa mundial de 39 abortos por 1000 mujeres de edad entre 15 a 49 años).1 Mundialmente se registró un promedio anual de 56 millones de abortos provocados (en condiciones de seguridad o sin ellas), hubo 35 abortos provocados por cada 1000 mujeres de entre 15 y 44 años de edad y un 25% de los embarazos acabaron en aborto provocados; Según los cálculos, cada año se registraron en el mundo unos 25 millones de abortos sin condiciones de seguridad y casi todos ellos en países en desarrollo, por consiguiente la Organización Mundial de la Salud (OMS) define aborto inseguro como "un procedimiento para poner fin a un embarazo ya sea por personas que carecen de las habilidades necesarias o en un entorno que carece de los estándares médicos mínimos (menos seguro), o ambos. Esta misma demostró que en los periodos comprendidos entre los años 2010 y 2014 se produjeron en todo el mundo 25 millones de aborto peligroso equivalentes al 45% de todos los aborto al año; cabe resaltar, que 8 millones de estos fueron practicados en las condiciones que menos seguridad ofrecen, o condiciones peligrosas, observándose en Asia más de la mitad del total estimado de abortos sin condiciones de seguridad, 3 de cada 4 abortos practicados en África y América Latina discurrieron sin condiciones de seguridad, de manera que entre un 4,7% y un 13,2% de la mortalidad materna anual puede atribuirse a un aborto en condiciones de riesgo.2 Cada año, casi una tercera parte de las muertes mundiales atribuibles al aborto inseguro ocurren en Asia, causadas por factores como el acceso limitado a métodos anticonceptivos e información sobre servicios de salud reproductiva y una concentración desigual de servicios de aborto en zonas urbanas. En la actualidad, 222 millones de mujeres en el mundo en desarrollo desean evitar el embarazo, pero no están usando un método moderno de anticoncepción.1 El 20-30% de los abortos inseguros causan infecciones del aparato reproductor y del 20 al 40% de ellos dan como resultado infección del tracto genital superior, ocasionando a una de cada cuatro mujeres que se someten al aborto en condiciones de riesgo, estar propensa a desarrollar discapacidad temporal o permanente que requiere atención médica, y por cada mujer que requiere de atención postaborto en un hospital hay varias que han tenido un aborto inseguro pero que no buscan atención médica, porque consideran que la complicación no es grave, no tienen los medios financieros necesarios, o porque temen a abusos, malos tratos o represalia legales.3 Globalmente, alrededor del 13% de todas las muertes maternas se deben a complicaciones por abortos inseguros, lo cual representa 47.000 muertes por año, 1.120 de ellas en América Latina y El Caribe y 70 en Colombia de acuerdo con los datos y las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Decenas de miles de mujeres en el mundo sufren consecuencias a largo plazo, incluyendo la infertilidad.4 En Colombia, de acuerdo a Henshaw et al, la tasa de aborto para 1989 fue de 36 por mil mujeres en edad fértil, valor que es similar a otros países donde su realización no es permitida por la ley. También, Zamudio et al. estimaron que para el año 1998, el 22,9% de todas las mujeres de 15 a 55 años habían tenido al menos una experiencia de aborto inducido, lo cual equivale a 1.722.578 mujeres. En Colombia, según el reciente estudio de Guttmaker, cada año se realizan 400.412 abortos, la mayor parte de ellos en forma clandestina, a pesar de la legislación que despenaliza parcialmente la interrupción del embarazo. Cerca de 132.000 mujeres presentan complicaciones debido al aborto inducido practicado en condiciones de riesgo y de estas, unas 90.000 requieren tratamiento médico en las diversas instituciones de salud. Las complicaciones del aborto permanecen entre las cinco primeras causas de muerte materna, con una proporción que oscila entre el 7% y 15%. La OMS ha estimado que en el año 2008 se presentaron en Colombia 780 muertes maternas, de las cuales 70 se debieron a abortos inseguros. En Colombia, aproximadamente 1 de cada 6 embarazos termina en aborto espontáneo por razones fetales o maternas y 1 de cada 5, en aborto inducido. A pesar de la legislación que despenaliza parcialmente el aborto, la mayoría de los abortos inducidos se realiza en condiciones clandestinas. En ambos casos, las complicaciones postabortos son frecuentes, algunas de ellas con repercusiones físicas y psicológicas a largo plazo.5 En Colombia, aunque las muertes maternas relacionadas con el aborto han disminuido, los procedimientos clandestinos e inseguros continúan ocasionando un gran número de complicaciones, algunas de ellas con repercusiones a largo plazo. Se ha estimado que cada año se presentan cerca de 132.000 complicaciones (infección, perforación uterina, aborto incompleto), de las cuales 93.000 requieren atención médica. Desafortunadamente, una quinta parte del total de mujeres que sufren complicación postaborto no recibe tratamiento alguno por falta de acceso a servicios oportunos o por temor al maltrato o a repercusiones de tipo legal.5 A pesar de los avances en el acceso a métodos anticonceptivos modernos, la proporción de embarazos no planeados sigue siendo preocupante, en razón a que asciende a 67% de todos los embarazos que suceden y a 52,2% de todos los nacimientos con una mayor concentración entre las mujeres menos favorecidas socioeconómicamente como son las provenientes de zonas rurales o con baja escolaridad.4 Es así como el aborto incompleto es una de las emergencias obstétricas más frecuentes que llegan a nuestros establecimientos de salud, ocasionando altos costos en su atención a pesar de tener una estancia corta. Existen en la actualidad dos métodos para su manejo: uno es la aspiración manual endouterino (AMEU) el cual es un procedimiento quirúrgico que requiere anestesia local, dura alrededor de 10 minutos y tiene los mismos logros que el curetaje; mientras que existe un método farmacológico también llamado método médico de aborto o aborto médico, el cual utiliza fármacos como el misoprostol para la evacuación uterina, sin invadir el cuerpo de la paciente en el tratamiento y sin anestesia, logrando los mismos efectos que las técnicas quirúrgicas. Ambos hacen posible el manejo ambulatorio y son necesarios para la atención de las pacientes con un aborto incompleto el cual es un derecho de todas las mujeres, y todos los profesionales que las atienden deben estar preparados para brindarles esa atención. El empleo o uso de medicamentos para la atención del aborto incompleto, se considera una técnica reciente, con la ventaja de que no se necesitaría instrumentar a las mujeres en una sala de operaciones o en un centro médico; gracias a estos pros a su favor se han realizado estudios que han identificado que a pesar de ser técnicas diferentes las evidencias muestran que la tasa general de éxito del tratamiento (misoprostol y cirugía) fue de más del 80% y a veces hasta del 99% indicando que ambas pueden ser utilizadas en los servicios de salud y lo único que se requeriría es que los profesionales estén capacitados y los servicios preparados6; entonces, si el manejo con misoprostol tiene la misma efectividad que la otra opción, sabiendo lo diferente que son las técnicas la una de la otra, esto nos lleva a plantearnos la siguiente pregunta problema ¿cuál es el manejo médico en la intervención del aborto incompleto en Colombia?
Description: Medicina y sociedad
URI: http://site.curn.edu.co:8080/jspui/handle/123456789/377
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