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dc.contributor.authorMercado Polo, Jemina Esther-
dc.contributor.authorSan Juan, Luis-
dc.contributor.authorNieto, Sagrario-
dc.contributor.authorYanes Segovia, Adriana-
dc.contributor.authorMacia Carrasquilla, Margarita-
dc.contributor.authorHerrera Alvernia, Martha Luz-
dc.date.accessioned2023-09-15T14:37:30Z-
dc.date.available2023-09-15T14:37:30Z-
dc.date.issued2023-06-19-
dc.identifier.otherFT-IV- 015 PAT colectivo-
dc.identifier.urihttp://site.curn.edu.co:8080/jspui/handle/123456789/587-
dc.descriptionLa Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Uno de los aspectos que van a contribuir a mantener la salud es la alimentación, alterada en la actualidad por la influencia de los nuevos estilos de vida de la sociedad y sólo una correcta educación nutricional podría modificar conductas y actitudes erróneas, con el objetivo de recuperar hábitos saludables que ayuden a mejorar la calidad de vida. Si bien durante años, la familia ha sido el núcleo de formación de los hábitos alimentarios, en la actualidad, además, la conducta alimentaria está determinada por diversos factores, algunos de los cuales no se relacionan directamente con los alimentos: sociales, económicos, publicitarios, culturales, etc. Una correcta educación nutricional podría conseguir la instauración en la sociedad actual de correctos hábitos alimentarios que actúen como factores de prevención de enfermedades cardiovasculares, obesidad, diabetes o diferentes tipos de cáncer de origen alimentario, entre otras, muy frecuentes en la actualidad. [5] La mala nutrición en la región de las Américas y en los países en vías de desarrollo continúa siendo un problema muy perturbable para la salud pública, encontrándose entre una de las cinco primeras causas de morbimortalidad infantil. La alimentación constituye uno de los factores más importantes en los estilos de vida, cuyos determinantes sociales, económicos, tecnológicos y culturales son los que van a definir ello. Y el estado nutricional viene determinado por el tipo y cantidad de alimentos consumidos. La producción, disponibilidad y consumo de alimentos está influenciada por factores culturales; como la tradición, la moda, las creencias religiosas; y del nivel de vida específicos y diferentes en cada comunidad. Por eso mismo las formas de alimentación van a variar de una sociedad a otra. [6] La educación alimentaria y nutricional no solo busca que las personas tomen decisiones informadas sobre alimentación y nutrición, sino que por medio de estrategias y herramientas educativas permita el aprendizaje, la adaptación y la aceptación de hábitos alimentarios y estilos saludables, de acuerdo con la propia cultura, con el fin último de promover la adopción de comportamientos que impactan positivamente la salud y el bienestar del individuo o la comunidad dado que las ENT afectan todos los grupos de edad, especialmente a personas de 30 y 69 años, es fundamental realizar acciones de promoción y prevención en este grupo poblacional, ya que esta es una etapa crucial de ciclo de la vida donde aún se pueden evitar estas enfermedades. [7] Por una parte, a nivel internacional nos damos cuenta de que México trata de buscar que sus habitantes tengan una buena salud alimentaria, por eso está implementado diferentes programas de apoyo alimentario en la región, los cuales están orientados a favorecer a los grupos con mayores problemas de inseguridad alimentaria y vulnerabilidad. [8] De igual forma en este mismo artículo se puede evidenciar en México que no tener una buena alimentación puede ocasionar enfermedades catastróficas, como lo es el sobrepeso y la obesidad, cabe resaltar que ningún país está exentó ya que estas enfermedades crecen y se presentan como problema social. Cabe recalcar que en la población masculina adulta, el sobrepeso y obesidad aumentó en zonas rurales (de 61.1% en 2012 a 67.5% en 2016) mientras que se estabilizó en zonas urbanas, en las que se mantiene en un nivel elevado (69.9%). La principal causa a la que se apunta son los malos hábitos en la alimentación, que acaban desembocando en una prevalencia del sobrepeso de un 72.5% en la edad adulta. [8] Por otro lado, realizando comparación entre la situación de Brasil y Colombia, en Brasil son mayores las cifras en diabetes mellitus (34,3) y enfermedades cerebrovasculares (61,3), y no así para neoplasias malignas (120,7) y enfermedades isquémicas del corazón (101,7) en las cuales Colombia presenta una mayor prevalencia. En este aspecto es necesario considerar que la mortalidad no es igual en todas las regiones, así como tampoco el nivel de asistencia de los servicios de salud. [9] Además, la situación de sobrepeso y obesidad difiere en términos de intensidad entre los países, así como Brasil muestra mayor prevalencia de sobrepeso y Colombia de obesidad. En contraste, Colombia tiene menor disponibilidad de calorías y grasa, siendo esta última 1,5 veces menor, lo que no necesariamente significa una distribución homogénea entre los habitantes, ni tampoco garantiza calidad en su alimentación. [9] A nivel Nacional la mortalidad por enfermedades del aparato circulatorio, neoplasias y enfermedades crónicas son las que más contribuyen en términos de mortalidad. Según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional, en Colombia el mayor problema nutricional de los adultos de 18 a 64 años es el exceso de peso, ya que desde el año 2010 hasta el año 2015 hubo un aumento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad de 5,2 puntos porcentuales, esto quiere decir que el exceso de peso aumento de 51,2% a 56,4%. Con relación a la ciudad de Bogotá, la situación de exceso de peso en la población adulta es similar al nivel nacional, la tendencia viene en aumento pasando de 48,5% en el 2010 a 55,8 % en el 2015. (Ministerio de salud y Protección social). [7] Teniendo en cuenta esto existen diferentes lineamientos y herramientas de educación alimentaria y nutricional que pueden ser aplicados en la población adulta, tales como las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABA) y el Lineamiento Nacional de Educación Alimentaria y Nutricional, los cuales promueven la adopción de hábitos y estilos de vida saludable; no obstante puede observarse el poco impacto que estos tienen en la población adulta, ya que según el estudio realizado por Murcia y Cortés (2016) en Caldas, Colombia los adultos de 18 a 64 años presentan los dos extremos de la malnutrición; debido a que el 2,2% de la población presentó déficit de nutrientes y el 53,6% exceso de peso; lo que permite identificar que el principal problema en los adultos es el exceso de peso. [7] Así mismo, datos preliminares de la (ENSIN, 2015), refieren que la alimentación de los adultos se ve afectada por el alto consumo de alimentos procesados, fritos y dulces, el poco tiempo dedicado al consumo de alimentos y la disminución del consumo de comidas preparadas en casa que, junto con el sedentarismo, propician el desarrollo de la obesidad, que puede ir acompañada de deficiencias nutricionales. [10] Por lo cual se están afrontando problemas estructurales crecientes que afectan su desarrollo y son motivo de inestabilidad económica, social y política, entre los que se cuenta la inequidad y una de sus principales manifestaciones, la pobreza. Asociados a estos problemas se presentan fenómenos más puntuales, pero no por ello menos complejos como el hambre, la malnutrición etc. Es por esto que el país se viene desarrollando una serie de programas y actividades asistenciales de alimentación y nutrición de manera desarticulada e incluso sectorizada, reducción así desde diferentes expresiones de hambre y malnutrición. [11] Cabe resaltar, que para el año 2017, Bogotá y Medellín fueron las ciudades que presentaron mayor consumo de sal y bebidas azucaradas, además de un alto consumo de comidas rápidas, con alto contenido de grasas saturadas, embutidos, dulces y golosinas, y una dieta baja en cereales integrales, frutas, verduras y lácteos. En ciudades como Bucaramanga y Cali presentan un bajo consumo de frutas y verduras, al igual que Barranquilla y Santa Marta en las cuales los alimentos de paquete, los pescados y mariscos tienen un alto índice de consumo. [12] Ahora bien, al enfocarse de manera local tenemos que en la ciudad de Cartagena ocupa el tercer lugar de las ciudades con ingresos monetarios de ciudadanos más bajos del país, presenta un gran porcentaje de hogares en estado de pobreza y que los aspectos culturales, sociales y el estilo de vida influyen directamente en los alimentos que seleccionamos para el consumo, estos se determinan según la región o país sus costumbres y tradiciones. [12] Según el DANE en Cartagena más de 290.000 personas se encuentran en estado de pobreza lo cual disminuye la posibilidad de acceder a alimentos sanos; la ausencia de alimentos de calidad y saludables se ha convertido en una gran amenaza para el crecimiento, desarrollo y la salud general. [12] Teniendo en cuenta la información obtenida por medio de los artículos investigados en las diferentes bases de datos y redundando así sobre la importancia que representa el tener una buena educación alimentaria y nutricional con el objetivo de llevar una vida sana previniendo así posibles enfermedades coronarias, diabetes o más. Se hace conveniente entonces indagar y analizar esta situación en la ciudad de Cartagena/Bolívar para medir el conocimiento respecto a la eficacia en educación alimentaria y nutricional, que tiene los habitantes del barrio Olaya Herrera, los cuales asisten a la Fundación Granitos de Paz ubicada en este sector de la ciudad.en_US
dc.description.abstractEn las etapas del ciclo de la vida nacemos, crecemos y morimos, sin embargo, en este proceso existe un elemento de gran relevancia que se ha de resaltar y son los adultos mayores. Según la OMS “la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor, aunque en los países desarrollados se considera que la vejez empieza a los 65 años” (2022) [1,2]. Como todos los procesos en el ser humano, la vejez es una etapa de cambios y transformaciones a nivel físico, psicológico, social, entre otros. Estudiar la efectividad en la educación alimenticia de los adultos mayores, permite analizar las condiciones actuales en cuanto a la alimentación, pero también cómo todo esto influye a nivel social y la forma de relacionarse en su entorno [3]. Teniendo en cuenta, además, las características diferenciales de cada individuo, dentro de este aspecto se resalta la parte de alimentación, en esta etapa no se pueden ingerir todos los alimentos, debido a los trastornos alimenticios, el metabolismo más lento, la pérdida de apetito, sed, entre otros [4]. Nuestros hábitos alimentarios se estructuran socialmente a través de la influencia familiar, del sistema educativo y cultural, de las relaciones sociales entre compañeros o amigos, y de la publicidad de las redes y los medios de comunicación social. [4] Sabemos, que la ciencia económica tradicionalmente ha contemplado cuatro exigencias más urgentes en los seres humanos: la alimentación, el vestido, la vivienda y un ambiente ordenado que permita la obtención de los anteriores Así mismo, con el paso de la sociedad industrial a la sociedad de servicios hemos transitado de una economía fundada en la producción a una basada en el consumo Estos cambios pueden generar ansiedad hasta el punto de reflejar a nivel social, también se manifiesta el rechazo por parte de la sociedad o sujetos cercanos a los adultos mayores, considerando su presencia o su condición tediosa. Por otro lado, esta misma ansiedad social y la alimentación adecuada o inadecuada que mantienen los adultos mayores, también se debe al nivel económico de cada sujeto. El objetivo de la investigación se centró en identificar los factores sociodemográficos y de salud alimentaria asociados a la capacidad funcional de adultos mayores del barrio Olaya de la ciudad de Cartagena con el fin de determinar la capacidad funcional en estas poblaciones e identificar posibles factores asociados y poder aportar con información para establecer estrategias que ayuden a disminuir el riesgo de enfermedad, discapacidad, vulnerabilidad y dependencia en este grupo poblacional donde el adulto mayor pueda desenvolverse como ser integral tanto a nivel mental, físico, como social, de lo cual depende en gran medida, su calidad de vida. Esta investigación que aborda el Pat C, ha sido realizada y diseñada por los estudiantes y docentes coordinadores de los programas de trabajo social y enfermería de la CURN de la ciudad de Cartagena, en donde se ha venido trabajando en los periodos académicos 1 y 2 del año en curso. Teniendo como resultado el diseño del arte de este proyecto para lo cual se tuvo (3) momentos. El trabajo fue desarrollado en 3 momentos los cuales se describen a continuación : Momento 1: Acercamiento a la población beneficiaria –selección de temáticas a abordar – y estructuración del proyecto- diseño de la ficha psicosocial aplicación exploratoria. Momentos 2 y 3: Reestructuración de la ficha social – Continuación de las actividades de formación – validación de la ficha psicosocial, aplicación y evaluación de la estrategiaen_US
dc.language.isoesen_US
dc.publisherCorporación Universitaria Rafael Núñezen_US
dc.relation.ispartofseriesFT-IV- 015 PAT colectivo;4 semestre-
dc.subjectPlaneación y desarrollo socialen_US
dc.subjectMecanismo de restitución y defensa de los derechos humanos y fundamentales.en_US
dc.subjectTeoría técnicas y procesos con grupoen_US
dc.subjectTécnicas interactivasen_US
dc.titleProceso social de la efectividad en la educación alimentaria de los adultos mayores vinculados a la fundación granitos de paz hogar geriátrico club san pancracio en Olaya herrera sector Rafael Núñez de Cartagena 2022en_US
dc.typeTechnical Reporten_US
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